Cuando contemplo extasiado, tu imagen, oh Teresita,
siento que tierno palpita mi amante y fiel corazón.
Quiero estar siempre a tu lado para mirarme en tus ojos
y confesarte de yo la cuidad de mi pasión.
Dueña mía.
Hoy en la senda florida de mi vida, eres la luz que me guía.
Te presentí en mi sueño de poeta y aquella dicha secreta
que tanto anhelo la bendigo ante ti.
Dulcificaste la pena de un corazón desolado
que de tristeza abismado ya se sentía a morir.
Libraste salmita buena a este pobre peregrino
de la zarza del camino.
Que colmaron mi sufrir.
Dueña mía.
Hoy en la senda florida de mi vida, eres la luz que me guía.
Te presentí en mi sueño de poeta y aquella dicha secreta





que tanto anhelo la bendigo ante ti.
Dulcificaste la pena de un corazón desolado que de tristeza abismado ya se sentía a morir.
Libraste salmista.