He vuelto a aquel banco del par que les ama,
lo mismo que entonces se oye en la noche
la sorda sirena de un barco lejano,
mis ojos nublados te buscan en vano.
Después de diez años he vuelto aquí solo,
soñando aquel tiempo, oyendo aquel barco,
mis penas vencieron el tiempo y la lluvia,
el viento y la muerte,
ya todo llevaron.
En qué soledades de hondos dolores,
en cuáles regiones de negros malvones estás,
Alejandra,
por cuáles caminos con grave tristeza,
oh muerta princesa.
He vuelto a aquel banco del par que les ama,
lo mismo que entonces se oye en la noche
la sorda sirena de un barco lejano,
mis ojos nublados te buscan en vano.
Ahora
tan solo la bruma de otoño,
el viejo que duerme en las hojas caídas,
el tiempo y la lluvia,
el viento y la muerte,
ya todo llevaron,
ya nada dejaron.