Camarero, una cerveza, por favor.
Una cervecita, marchando.
Pero ponme una artesanal,
de esas con cuerpo y con cojones.
Nada de mariconas.
Papá, ¿por qué se meten conmigo si no hago nada?
¿Qué si lo haces, gilipollas?
Papá, estoy cansado, te juro que odio la fama.
Pues retírate y no llores más.
Papá, ¿por qué te metes conmigo si no hago nada?
Tú tiras la piedra y escondes la mano de nuevo.
Papá, no le diré nunca a nadie que te admiraba.
Quieres un favor de elegancia,
tu pata le dio al bolso.
En esta vida hay dos tipos de personas.
Quienes decimos la verdad y los que a los demás por tontos toman.
Quienes argumentamos y quien ni razona.
Quien se deprime y sale y quien nunca reacciona.
Los que decimos y cumplimos y cerramos bocas.
Yo con una canción larga conté todo,
la hice corta.
Los que afirman que no harán algo y palabra tienen poca.
Luego lo hacen y se comen su bla,
bla,
bla como tortas.
Los que somos responsables y aceptamos nuestros actos.
Los que niegan lo que hacen intentando ser abstractos.
Los que vamos aprendiendo de la vida
y los que tropiezan con la misma piedra y así cada día.
No todos tenemos una doble cara.
Brinjen la canción entre el ladrón que todos son de su condición.
Apunta y dispara y como siempre esconde el cañón.
Nunca prende, nunca cambia su forma de acción.
Que dice que no me contesta mientras me contesta en toda una canción.
Por eso no tiene valor la palabra del rey de la contradicción.
Yo voy de frente y afronto,
esto va por ti como las cartas.
Vas de digno a anti salsa,
haces que todos se partan.
Tú escupes mierda de ex, de colectivos sociales,
de mujeres liberales, de artistas y géneros.
Deja que sigo.
Dices nombres y apellidos.
Tus temas son los testigos.
Tiene huevos que tú hables de elegancia, ¿sabes?
Ni tú ni yo somos precisamente David Beckham.
La diferencia es que yo soy de los que saben cuando pecan.
No mientas,
tú me desprecias seguramente más que yo a ti.
Lo que yo siento es pena, monigote.
Se te ve sufrir.
Que molesta,
que comenten que perdiste algo especial.
No te importa lo que digan,
pero atacas a tus fans.
Que no entienden y que dejen el puto pasado atrás.
Y haces mil segundas partes,
contradices otra vez más.
Como un niño chico, tú buscas aprobación.
Te repites como el ajo diciendo...
Ya soy mayor.
Pero no es cuestión de edades,
está pocho tu interior.
Ser tan bobo no se cura ni aunque vayas al doctor.
Yo vivo del rap sin ser una superestar como tú y en serio.
Voy a preguntar y ponte a pensar,
ya que te gusta tanto el misterio.
¿Será que tus fans tienen más edad y ya no se dejan engañar?
Yo crezco de a poco y tú vas hacia atrás.
¿Por qué crees que ya lo llenas de una par?
Papá, ¿por qué se meten conmigo si no hago nada?
¿Qué si lo haces, gilipollas?
Papá, estoy cansado, te juro que odio la fama.
Pues retírate y no lloriques más.
Papá, ¿por qué te metes conmigo si no hago nada?
Tú tiras la piedra y escondes la mano de nuevo.
Papá, no le diré nunca a nadie que te admiraba.
Quieres farsar de elegancia tu falta de huevos.
Vuelve a por más,
que no escarmientas.
Gilipollas,
tu elegancia es un derrape en las bragas de tu puta madre.
Porque yo,
yo no soy elegante,
ni tú tampoco,
medio moco,
pero aún no lo sabes, tonto.
Eres tonto, eres tonto a las finas hierbas.
Y yo soy un tipo muy malo que te hace bifeo sin motivo alguno.
Está todo en mi mente, ¡estoy loco!
Soy como un Joker.
¡Tonto,
tonto!
El frijol me necesita.
¡Mis cojones!