Caer a la tarde es una canción que musiqué para Antonio Orihuela
allá por los años noventas, también hace un rato.
Ha llovido mucho.
Abrirán bares que no pisaré, licores que no beberé,
cajetillas que no fumaré.
Abrirán bares que no pisaré, licores que no beberé,
cajetillas que no fumaré.
Caerá la tarde y recordaré en mi patio
que alguien habló en días así de la muerte
y yo pelearé más por recordar el nombre del poeta
que por evitar que ella me posicione.
O sea, a la que espero no le desagrade,
que no apure mi copa y que ella no empalme
y que me quede un cigarrillo ardiendo entre los dedos.
A la que espero no le desagrade,
que no apure mi copa y que ella no empalme
y que me quede un cigarrillo ardiendo entre los dedos.
Ay, a la que espero no le desagrade,
que no apure mi copa y que ella no empalme
y que me quede un cigarrillo ardiendo entre los dedos.
Entre los dedos
Gracias, gracias mi amor