Cada elección es una moneda,
lanzada al aire sin miedo,
flota entre dudas y sueños, buscando
un destino certero, gira sobre su eje dorado.
En un instante suspendido,
el viento sopla suave,
guiando su rumbo escondido.
El destino cae donde debe,
sin que podamos saber,
las monedas trazan caminos en su vuelo
sin volver.
Entre el azar y la certeza,
la vida nos hará creer,
que todo tiene su tiempo y siempre
hay algo que aprender.
Cada decisión es ligera,
al partir de nuestras manos,
se eleva en el aire libre,
entre futuros
lejanos.
El azar no es enemigo,
solo un paso por seguir,
cada moneda al caer,
sabe dónde
debe ir.
El destino cae donde debe,
sin que podamos saber,
las monedas trazan caminos en su vuelo sin volver.
Entre el azar y la certeza,
la vida nos hará creer,
que todo tiene su tiempo y siempre hay algo que aprender.
No hay camino sin riesgo, ni monedas sin girar,
el viento lleva respuestas que no podemos evitar.
Confiar en cada caída,
es abrazar lo incierto,
el destino siempre encuentra su forma de ser cierto.
El destino cae donde debe,
sin que podamos saber,
las monedas trazan caminos en su vuelo sin volver.
Entre el azar y la certeza,
la vida nos hará creer,
que todo tiene su tiempo y siempre hay algo que aprender.