Esto es para ti,
Maxis,
para que lo guardes dentro de tu corazón de los serranitos.
Me alegra verte nuevamente, corazón,
no sabes cuánto luché por verte,
por conquistarte nuevamente,
y entrelazarme con tu amor.
Conoces mi intención,
quiero brindarte lo menor de un hombre fiel,
ya lo he soñado y lo he pensado,
sé que me quieres francamente.
Pero no aguanta ningún temor,
no temas,
no temas,
te ruego,
no dudes que vengo a cambiarte la vida.
Haremos los dos una choza,
que sea bien hermosa y que sea la más linda.
Ay,
que sea la más linda para ti,
para ti,
que sea la más bella para los dos.
Que sea la más linda para ti,
para ti,
que sea la más bella para los dos.
Que Dios permite este milagro y que vuelvas
a creer en mí como en los tiempos pasados,
cuando soñabas con la luna en mis brazos,
que entre mi pecho me contabas sus tetras,
quien le decía que el cielo azul era blanco,
y jucle ya porque salía de mis labios.
Que Dios permite este milagro y que vuelvas
a creer en mí como en los tiempos pasados.
Lo que quiero es que vuelva,
que vuelva,
el lucerito mío.
Voy a hablar de amor para que sepas lo que hay dentro de mí.
Es un espejo que se refleja y se mantiene aquí en mi pecho.
Es la razón para vivir.
Conoces mi intención.
Quiero brindarte lo mejor y un hombre fiel.
Ya lo he soñado y lo he pensado.
Sé que me quieren francamente,
pero no aguanto algún temor.
No temas,
no temas,
te ruego,
no dudes que vengo a cambiarte la vida.
Haremos nosotros una choza que sea
bien hermosa y que sea la más linda.
Ay,
que sea la más linda para ti y para ti,
que sea la más bella para los dos.
Que sea la más linda para ti y para ti,
que sea la más bella para los dos.
Que Dios permite este milagro y que vuelvas
a creer en mí como en los tiempos pasados.
Cuando soñabas con la luna en mis brazos,
yo entre mi pecho me contaba sus penas.
Quien le decía que el cielo azul era blanco,
y tú creías porque salía de mis labios.
Y para las más lindas,
Reina Yene Caterin en San Cristóbal.