La Neve
Negranoche tendió su manto, surgió la niebla, murió aún la luz.
Y en las tinieblas de mi alma triste, como una estrella, brotaste tú.
En ilumina clarida senda, por donde vaga loca ilusión.
Dame tan solo una esperanza que fortifique mi corazón.
Como en las noches, nace el rocío, y en los jardines, nace una flor.
Así en mi alma, niña dorada, nació mi amor.
Ya veo que asoma, tras la ventana, su rostro de ángel encantador.
Siento la dicha, dentro de mi alma.
No hay tinieblas, ya no hay tinieblas, ya salió el sol.