Yo nunca he bailado, y no bailo bien.
¡Sáquenlo!
¡Sáquenlo!
Nada,
que va a estar bien.
Nada,
que va a estar bien.
Yo nunca he bailado, y no bailo bien.
Pero me gusta la palabra que al oírla te genera movimiento,
que huele mezcal.
Cuando el corazón contento tiene ganas de salir a celebrar,
que ha salido bien.
Qué sorpresa que algo en esta vida
lo que ha hecho que no me salga mal
me mata,
que mata, que mata.
Tengo un ego que entra por tu puerta.
No te creas que cuando me equivoco mi ego es un animal,
salvo que es brutal.
Me he podido controlar y cada solo le detento un poco más.
Vuelvo a rechazar la palabra porque creo que no queda claro
que Meca es fatal.
Tengo que calmarme.
Me he vuelto a escribir, por escribir.
Y pues me he vuelto a llorar porque no tenía nada que decir,
que contar.
El mejor placer de mi vida es por lo que he vencido a escapar.
Pensar en no volver.
Pero luego me recuerdo que aún me queda una hipoteca por pagar,
tres hijos por cuidar, un coche en el taller,
un perro en frente a un conco esperando para comer.