Busqué despierto a la princesa de mis sueños
para dormir tranquilo y olvidarme de complejos.
Creí llevarme lejos todos los malos momentos
anclados en mis huesos cerca de los sentimientos.
Guardo estas palabras por si algún día las digo.
Quise ser parte de ti y fui parte de tu olvido.
Soy el suspiro del grito que no has oído,
el infinito del viaje que hago para estar contigo.
Enseñale el camino que el amor siempre se pierde.
Dicen que lo han visto jugando con la serpiente.
Harto de jugar contigo, busca a otra gente.
Y si vuelve a ti, ¿entonces será que te miente?
Vivo en una soledad totalmente fingida.
Hay flores en mi jardín,
pero ninguna es la elegida.
Probé cada saliva de chicas desconocidas.
Fueron noches divertidas, mi alma yacía dormida.
Destruida le pedía, no pienses en todo el daño.
En vestidas que te han dado heridas que no has curado.
Torcida mi autoestima, yo buscaba una salida.
En el amor de otra gente ni yo me reconocía.
Y ser libre solo es una utopía,
atados por el tiempo,
por la gente.
¡Qué ironía! Dependientes del mañana,
esclavos del día a día.
Recordamos ser felices y viene melancolía.
Y así le canto al desengaño,
al amor que nunca tuve,
a todo el daño,
al batacazo por vivir en una nube.
A cada brazo, cada impacto,
a sus dos ojos azules,
cada sí,
cada chasco,
sus defectos y virtudes.
Ya no hay vuelta atrás, prefiero esta soledad.
Y aguantar un día más,
algo que no es real.
Dale a la luna este corazón mordido,
que estoy en ayunas por desayunar latidos.
Rompo la corteza del lienzo con que te escribo,
porque busco la simpleza del verso definitivo.
En esta esquina donde todo está perdido,
las notas más finas desafinan al oído.
Cambio mis retinas por espinas y un olivo,
y así le dieron propinas a este corazón mendigo.
Voy con el peso de la frase cuando ya está escrita,
de carne y hueso,
por eso el tiempo la marchita.
El primer verso nunca sirve,
se recapacita,
porque los versos no se roban en primeras citas.
Y así te entrego mis palabras en pedazos,
siempre me las pego aunque luego queden los trazos.
La vida es viento cuando no quedan abrazos,
hipotecos,
sentimientos que los pago a largos plazos.
Lo imposible será no hacer lo imposible,
la cárcel del humano es el incienso de los libres.
Si los senderos del rencor son invisibles,
no hay amores pasajeros,
solo amantes que no sirven.
Todas mis hadas me han echado de sus fuentes,
por probar manzanas en las ramas de serpientes.
He besado brujas y también bellas durmientes,
pero las segundas suelen ser las que más mienten.
Quema la hoguera del presente con ceniza artificial,
por querer ser especial entre la gente.
Más que distante estoy ausente como la luna del
sol o como un beso del amor si no se siente.
Y así es el ruido que despido,
la pido a cupido,
le pido al suspiro,
latido de alivio al olvido,
perdido en el nido del tibioterio que elirio,
borracho en medio del vidrio por estar ebrio contigo.
Ya no hay vuelta atrás,
prefiero esta soledad que aguantar un día más
algo que no.
Y aún respiro tu recuerdo,
ese que siento en mi almohada,
ya lejano como el aroma de acacias.
Me concediste ese dolor,
mas no hay rencor en este corazón,
por tanta inspiración te digo gracias.
Đang Cập Nhật
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