Uno, dos, tres.
¿Qué no vas entero?
La puerta estaba cerrada
y allí San Pedro en persona.
Del sherry tenía la cara,
no me dejaban entrar al cielo.
Con un portero del MoMA,
si no ha venido un zapato,
me va a dejar aquí para detonar.
Como no me dieron la ala,
como arcanío de Gármora.
Y aquí estoy vagando y doy mi borcereta,
traspaso las puertas que no están abiertas,
me cuelo en el bate cuando tú estás dentro.
Yo sé cuando es caca y sé cuando es viento.
Y como nadie me ve,
¿puedo ser
o no ser?
Y como nadie me ve, parece que yo no esté.
Como nadie me ve, soy como en Cádiz el bebé.
Me enamoré de una medium
que estaba como una asmaraca,
que cada noche me invocaba con la tabla de la cuija.
Y entre el oscuro de la sombra,
por video psicofonía,
yo le decía...
¡Dime, cañía!
Me declaré en una sesión de espiritismo,
aunque para mí eso es una falta de decoro.
Me presencié para que ella me diera este tipo,
y nada más verme me dio la cuija de oro.
Como el de vos,
yo le cogí las manos,
hicimos un búcaro alicatado por dentro.
Pero cortamos porque siempre la dejaba...
a medio.
Así que,
baby,
tú no me invoques,
que yo busco un castillo,
ya no quiero tu bloque.
Ya decidí que el carnaval se arma con todos mis espectros,
con todas mis armas.
Salgo despechado y alocado.
Y ni volando yo me libro de pisar, bumbeado.
Y huyendo de la medium voy a dobiar,
mientras buscando un medium hay gente por todos lados.
Y esta noche no me acuesto porque un fantasma no duerme.
Y si tú eres
de los que pa' hoy en día no
entras en el cuarto sirvando,
tienes que empezar a superar
el miedo a la oscuridad.
¿Qué tienes?
Eso está en tu cabeza y tú estás fatal.
Si me ves en tu cuarto de madrugada,
mi silueta dibujada.
Y es una silla que tienes de ropa en peta.
Y si cruje la cama o de pronto se mueve una caja,
tú piensas que soy yo, por supuesto.
Si yo no movía muebles vivos,
los voy a mover muertos.
Y en Halloween,
en Halloween,
¿tú sabes qué te digo?
Que me disfrazo yo de vivo.
Los espíritus tenemos muy mala reputación y
la fama que tenemos es por culpa de un gashón.
A dos mil veintitrés años que un espíritu bajó
y vestío de palomaralio.
Y Santo,
Santo no era tanto y el nombre se le quedó.
Santo,
Santo era ese espíritu y no vea la que formó.
En el más allá lo vemos y después de aquel follón,
en vez de espíritu santo ya le decimos,
ay,
lo río.
Que hace tiempo que cuenta la historia
de otro alma llamado Begoña.
Si la nombras delante el espejo,
por la noche te quedas perplejo.
Si gritas de noche Begoña, Begoña, Begoña,
verás que aparece tu madre y te pega una ocha.
Y yo conservo a la gente,
no me creo tu rollazo porque yo sigo
tu paso y sé que vienes.
Te felicito que bien actúas.
Aquella vez que conociste a alguien
que cocinaba todo con
picante y te comiste toda esa guindilla.
Y yo sé que tenías almorranillas.
Que bien actúas.
Eso no me cabe duda.
Aunque hizo falta una muda,
con tu papel continúa.
Te felicito que bien actúas.
Aunque pusiste a ciego por la noche
y en un control te pararon el coche.
Allí ponías el ochenta y uno y tú diciendo yo he bebido zumo.
Que bien actúas.
Eso no me quepa duda.
Aunque te fuiste en la grúa,
con tu papel continúa.
Aquella chica te dijo nos vamos y aquello se quedó como una pasa.
Y le dijiste sin ningún reparo,
es la primera vez que esto me pasa.
Un premio Goya.
¡Un premio!
Yo voy desapareciendo,
me voy perdiendo en la nada,
como los trabajos dignos,
como las motocicletas.
De hecho no tengo cuerpo y prefiero no tenerlo,
antes que come aguacate para poder mantenerlo.
Y así va a dar en febrero por cada calle de CAI,
que en vez de cuarto milenio me saquen en el trancai.
Que yo soy una presencia,
que yo estoy en todos lados.
Y como he visto los puntos,
quiero decir la albura,
que los de los pasodobles es por el año pasado.
Que a mi presencia doscientos,
ya le quedan muy pocos.
Y si tú me estás viendo,
eso es que estaremos los dos igual de locos.
Se marca el tres fantasma que ha sido producto de tu fantasía.
Tú sabes que existo, pero no me has visto,
como el canardo de Andalucía.
Solo dejé mi alma,
como hice en cada vida que viví en el carnaval.
Y ya solo queda pagar y pagar.
Que yo me vuelva a dar nadie,
que ya nos quedan muy pocos.
Y si aquí nos vemos,
eso es que estaremos los dos igual de locos.
No trates de engordarme con la magia negra,
que no vale nada.
No vaya a ser eso,
te guardo mi ingreso en la caixa encastada.
Y allí apareceré con mi alma,
que se aparece en forma de fantasma.
Toda la miedo de recibir vidos,
y ya sabía que estaba maldito.
Y ya que de siempre a mi mami había ***,
la gente de ella era un paranoico.
Y si Edith el Jiménez está aquí,
los mi alma.