Se inventaron un pasodoble con herramienta y dos retombres,
pero faltaba un pintero.
Con una pluma que escribiera para que yo te agradeciera,
con un piroco y un te quiero.
Faltaba pinta sobre el lienzo para decirte lo que siento,
aunque esperase un año entero.
Y
mojérfito de caña en aquella purpurina,
quería aluntar mis entrañas con aquella primeriza.
Traje mi tapa y así escribí una pieza de trigo verde
para ensayar dignamente lo que es defender de un pintero.
Cuando hace falta dinero para pagarse tres tragos,
maquilla y uso un sombrero,
pero alienzaba mi vuelo.
Cada momento que viví,
cada momento se quedará recordado en mi archivito carnavalero.
Esa salida del teatro es nuestro entreno.
A mis amigos, mi familia y compañeros.
Un te atarracero,
arrimos y rigotero,
mairena,
banda decente,
aquí tienes mi te quiero.
¡Otro ferrero!