Claro, con placer, Juan Rafael Caro Quintero, de Los Borridos.
Dice, márquenlo con batallo.
Dice yo.
Un apellido muy grande para un hombre verdadero.
Hablo del número uno, Rafael Caro Quintero.
Me encerraron varios años.
Trabajé bajo la sombra para cuidar lo que he logrado.
Mi gente sigue al frente, mi libertad a costado.
No piense que por ser viejo ya se me quitó lo bravo.
Me ocuparon los fusiles.
Aquellos que al tiempo intentaron verme libre.
Todavía tengo amistades y a conmigo siguen firmes.
Los protejo y me respaldan y seguimos en el business.
¿Cómo lo haciendo?
¿Cómo lo haciendo?
¡Dámelo, oiga!
Vuelvo de nuevo a mi casa.
De nuevo yo estoy en mi línea con un gran pez en el agua.
La experiencia me precede a todos que le enseñan ganas.
Quisieron extraditarme y se quedaron.
¿Cómo lo haciendo?
Con las ganas.
Los que saben sacar cuentas.
Saben que cuentan conmigo para todo lo que venga.
Ya se empezaron los ajustes, señores, no se sorprendan.
Soy ser el número uno hasta el día que yo me muera.
Ya reimprovisamos, compadre, pero ahí quedó.