Un joven lamar de coabo, un calvo y un jubilado,
un puñal adolescente, un vedero y un fontanero,
un musulmán cristiano,
un inglés, un italiano, un gerente y un obrero,
un maestro, un futbolí,
un don nadie y un cartero,
uno con traje y colbada,
uno en pijama y en bada,
uno que sirve café,
un víctor, un albañil,
un empresario con millones,
tres o cuatro señoritos
que estaban de vacaciones,
un repartidor,
un guardia,
un doctor ahí,
un burita y un gilipal,
uno que salió en carnaval,
un vecino que nuestras
niñas son amigas,
uno que te mira al pasar,
uno que sale a caminar y cada mañana te ofrece
dos buenos días,
hay mil culpables como el león,
todos debemos venir, todos sabemos
un salido de un pudero,
de un abuso y un pavoso,
como sabemos ahora de un muerto
asqueroso y arrogante,
con la boga del machismo,
macanaje y del presiape,
y a la víctima desnuda, agorrala y pon en duda,
para
que se sienta culpable.